Vigesimoprimera entrada. La educación en el futuro

 Estamos en el año 2050 y ahora echando la vista atrás hacia el año que comencé a ser docente, estoy intentando recordar cómo ha cambiado esto de enseñar. Los adolescentes cada vez son más infantiles y tengo la sensación de que muchas veces estoy en una escuela de infantil pero mucho, porque se piensan que aprenden más en su dispositivo de información de realidad virtual que en nuestras clases personales y virtuales. Afortunadamente, los docentes seguimos siendo imprescindibles y somos los que pautamos los ritmos y conocimientos que hemos de impartir de forma individualizada a cada uno.

Con la creciente concienciación medioambiental que invade todo el planeta y para ahorrar en electricidad, calefacción, costes desplazamientos y tiempo, el gobierno obligó a las clases virtuales. Antes las clases eran presenciales físicamente, los chicos tenían que desplazarse al centro educativo y allí los alumnos se relacionaban entre sí, se tocaban, abrazaban y peleaban cara a cara sentían la presencia humana su calor y su compañía, todo un conjunto de emociones concentradas en sus cuerpos hormonados de adolescentes. Ahora las clases se hacen de forma presencial, pero cada uno desde su casa y el que va a la escuela virtual y lo hacen con el avatar que han elegido. Para mí esta es la peor parte, el no tener contacto directo con los chicos se me hace muy impersonal, tanto como enseñar a un robot de esos que están en casa haciendo las labores domésticas.



Pero no todo lo que ha cambiado lo echo de menos. Ahora no tenemos que hacer exámenes cada cierto tiempo, para saber si los alumnos han aprendido, ahora hacemos un montón de actividades en el día a día, toda esa información se recoge automáticamente y la IA (Inteligencia Artificial) sugiere al docente las habilidades que los chicos han de mejorar, lo cual es muy eficiente a la hora de reforzar aquello que los chicos tienen que aprender. Otra ventaja que veo, es que ya no tenemos asignaturas estancas y departamentalizadas, los profes estamos en contacto continuo con nuestros colegas y planificamos las actividades a realizar, todos juntos, de forma que los estudiantes tengan que aplicar distintos conocimientos en cada una de las actividades. Claro, esto es posible porque cada profesor tenemos 10 alumnos, a los cuales conocemos y comprendemos. Esto nos permite centrarnos de forma más personal en sus necesidades educativas, podemos sacar todo su potencial incentivando la parte que más les cuesta y fomentando que cooperen con sus iguales.


Ahora, si los alumnos quieren aprender sobre cómo se construye una casa o como se investiga sobre una enfermedad, podemos ir virtualmente a cualquier sitio y allí un profesional del ramo nos explica con todo lujo de detalles todo aquello en lo que consta su trabajo. Esta es la parte que más me gusta, poder hablar directamente con la fuente del conocimiento y poder preguntar todo aquello que consideremos. Antes eso era inimaginable, poder concertar una cita con alguien ajeno al centro, tener que pedir permisos para todo y si había coste, algunos alumnos no iban. Ahora todos pueden hacer de todo, por fin se ha puesto la educación en el primer plano de la política y desde hace más de 20 años tenemos una ley que funciona y que vemos sus resultados. 

Si me preguntáis que, si cualquier tiempo pasado fue mejor, os diré que no, que en el 2050 los chicos aprenden mejor, con conocimientos reales y aplicados a la vida real. La teoría sigue siendo importante, pero la praxis, lo es más.





Comentarios

  1. Creo que has hecho un muy buen diagnóstico de las circunstancias y preocupaciones que tenemos ahora a nivel educativo. ¿Crees que el fácil acceso a tanta información causará alguna mella en la cultura del esfuerzo de las próximas generaciones?

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